Sopelana se prepara para un fin de semana de contrastes extremos: gloria para el surf y paciencia para el parapente

La llegada de un potente swell del noroeste con vientos del sur dibuja un escenario épico en el agua pero complicado en el aire

La costa vizcaína se encuentra a las puertas de uno de esos fines de semana que marcan el calendario de los locales. Las previsiones meteorológicas para los días 19, 20 y 21 de diciembre en Sopelana apuntan a una configuración atmosférica de libro, de esas que generan conversaciones nerviosas en los aparcamientos y miradas constantes a las aplicaciones de predicción. Sin embargo, la alegría no será repartida a partes iguales: lo que para unos será el baño del año, para otros significará dejar la vela plegada en la mochila.

Un gigante despierta en el Cantábrico

Para la comunidad surfera, el viernes 19 de diciembre se perfila como una jornada histórica, reservada casi exclusivamente para los más experimentados. Los modelos indican la entrada de un mar de fondo muy potente proveniente del noroeste, con una altura de olas que oscilará entre los tres y los cuatro metros. Pero el dato que realmente ha encendido las alarmas es el periodo de las olas, que alcanzará los 18 e incluso 19 segundos. Esta energía inusual garantiza masas de agua con una potencia descomunal y recorridos largos.

El factor determinante que elevará la calidad de las olas a la categoría de excelente será el viento. Se espera que sople de componente sur durante gran parte del viernes y la mañana del sábado. En la playa de Sopelana, orientada al norte-noroeste, el viento sur actúa como terral, peinando la cara de la ola, retrasando su rotura y creando tubos perfectos y condiciones glassy. Será, sin duda, un día para sacar las tablas grandes y buscar los picos más definidos en Atxabiribil o Larrabasterra, aunque la precaución deberá ser máxima debido a la fuerza del mar.

El sábado 20, la situación podría volverse más salvaje. Con el swell manteniendo su tamaño o incluso creciendo ligeramente, la posible entrada de vientos más fuertes o un cambio de dirección hacia el oeste a medida que avance la tarde podría desordenar el mar, convirtiendo la sesión en una batalla de resistencia física contra los elementos.

La cruz de la moneda para el vuelo libre

Si los surfistas miran al sur con esperanza, los pilotos de parapente lo hacen con resignación. La playa de Sopelana, famosa por su vuelo de ladera dinámico y accesible sobre los acantilados de Barinatxe, necesita vientos de componente norte, noroeste o noreste para ser volable. La previsión de vientos del sur para el viernes y parte del sábado anula por completo la posibilidad de volar en la costa.

El viento sur, al venir de tierra hacia el mar, llega a los acantilados de Sopelana tras pasar por encima del relieve trasero, generando turbulencias y zonas de sotavento en el despegue y la playa, lo que hace el vuelo extremadamente peligroso o imposible. Los pilotos locales saben que este fin de semana la manga de viento apuntará hacia el mar, una señal inequívoca de no volar.

Solo el domingo 21 ofrece una pequeña ventana de incertidumbre. Si el viento rola hacia componentes más occidentales o noroccidentales y baja su intensidad, podría abrirse alguna oportunidad, aunque las previsiones actuales sugieren vientos racheados que podrían mantener las condiciones marginales. Será un fin de semana para que los voladores revisen su equipo, reparen líneas o busquen zonas de vuelo interior orientadas al sur, lejos de la brisa marina.

Ambiente invernal y logístico

A nivel general, el ambiente será puramente invernal. Las temperaturas se mantendrán frescas, con máximas que difícilmente superarán los 12 o 13 grados y mínimas que obligarán a usar neoprenos gruesos, capuchas y escarpines. La probabilidad de lluvia está presente, especialmente hacia el final del viernes y el sábado, lo que podría deslucir la estancia de los acompañantes en la playa, pero no frenará a los deportistas en el agua.

Sopelana vivirá este 19 de diciembre una dicotomía clásica: mientras en el agua se espera un espectáculo de fuerza natural y técnica depurada bajo la caricia del viento sur, en el aire reinará el silencio forzoso, recordando que en los deportes de naturaleza, el hombre propone y la meteorología dispone.