El invierno ha decidido dejar de llamar a la puerta para derribarla directamente este próximo fin de semana.

Tras unas semanas de calma tensa y cielos relativamente despejados que nos han regalado atardeceres rojizos, los modelos meteorológicos para el fin de semana del 12 de diciembre confirman lo que muchos temían y otros, secretamente, esperaban: la llegada de una profunda borrasca atlántica que promete agitar la vida en la costa de Uribe Kosta. Para la comunidad de amantes del viento y las olas en Sopelana, se avecinan 72 horas de decisiones críticas, lectura de mapas y, sobre todo, mucha prudencia.

La situación general a partir del viernes 12 vendrá marcada por la entrada de un frente frío activo asociado a una baja presión que se situará al noroeste de las Islas Británicas. Esto inyectará una masa de aire polar marítimo directa hacia el Golfo de Vizcaya. La traducción a pie de playa es sencilla: descenso brusco de temperaturas, chubascos frecuentes y, lo más importante para nuestros deportistas, una subida notable en la fuerza del viento y el mar de fondo.

Para los surfistas, el escenario en las playas de Atxabiribil y La Salvaje será de todo menos tranquilo. El viernes comenzará con una subida progresiva del swell. Si bien la mañana podría ofrecer condiciones asequibles con olas en torno al metro y medio, a medida que avance la tarde el mar de fondo del noroeste empezará a bombear con fuerza. Se esperan series que superarán los tres metros para la jornada del sábado. Sin embargo, el problema no será el tamaño, sino la calidad. El viento soplará con componente noroeste (onshore) fuerte durante gran parte del sábado, lo que probablemente dejará el mar muy picado, desordenado y difícil de gestionar en los picos abiertos de Sopelana.

La recomendación para los tablistas es buscar refugio. Con un periodo de ola alto, cercano a los 14 segundos, y viento sucio, Sopelana puede convertirse en una lavadora gigante no apta para principiantes. Quizás sea el momento de mirar hacia rincones más protegidos dentro de la ría o esperar a la ventana del domingo. El domingo 14, la previsión indica un rolicé del viento hacia componente norte o noreste y una ligera bajada de intensidad. Esto podría peinar un poco las olas y ordenar las series, ofreciendo un baño sólido y exigente para surfistas experimentados que no teman al agua fría.

En el aire, la situación para la comunidad de parapente es aún más compleja. La playa de Sopelana, famosa por sus vuelos de ladera y sus dinámicas suaves al atardecer, se enfrentará a un "ventarrón" que seguramente mantendrá las velas plegadas en las mochilas durante gran parte del fin de semana.

El sábado parece, sobre el papel, un día prohibido para el vuelo. Las rachas previstas superan los 40 y 50 kilómetros por hora en el despegue, muy por encima de los límites de seguridad para un parapente. A esto hay que sumar la probabilidad de chubascos y nubes bajas que podrían reducir la visibilidad y empapar los equipos. Intentar despegar en estas condiciones no sería valentía, sino imprudencia. El viento laminar y noble que caracteriza a esta zona se volverá turbulento y racheado debido a la inestabilidad atmosférica.

Sin embargo, como suele ocurrir en nuestra costa, la esperanza reside en los márgenes del temporal. Los ojos de los pilotos más ansiosos están puestos en la tarde del domingo. Tras el paso del frente, la atmósfera quedará inestable pero con tendencia a limpiar. Si el viento rola ligeramente a norte puro y baja su intensidad a unos 20 o 25 kilómetros por hora, podríamos tener una ventana mágica de vuelo termodinámico post-frontal. Son esas condiciones en las que el aire frío sustenta de maravilla y se pueden ganar metros sobre el acantilado con facilidad, disfrutando de un cielo dramático lleno de cúmulos y claros.

Será un fin de semana para estar muy atentos al radar de lluvia y a las estaciones meteorológicas en tiempo real. No es el fin de semana ideal para el curso de iniciación ni para estrenar esa vela nueva con la que no estás familiarizado. Es un fin de semana para respetar al Cantábrico.

Para el paseante de a pie que quiera acercarse a los acantilados a ver el espectáculo, la recomendación es ropa técnica, cortavientos y buen calzado. El espectáculo de la fuerza del mar golpeando contra las rocas de Meñakoz o el peñón de Sopelana estará garantizado. La espuma volará alto y el rugido del mar será la banda sonora de tres días puramente invernales.

En resumen: surfistas, buscad refugio el sábado y apuntad al domingo; parapentistas, paciencia y mucha revisión de la meteo en tiempo real para esa posible ventana del domingo tarde. Para todos, sentido común. La naturaleza manda y este fin de semana viene con ganas de gritar.