Dyneema vs Kevlar en los suspentes de parapentes: ¿qué hay detrás de los hilos que te sostienen en el aire?
Cuando vuelas en parapente, tu conexión con el cielo se reduce —literalmente— a unos pocos milímetros de hilo. Esos delgados suspentes que parecen simples cuerdas son en realidad auténticas obras maestras de ingeniería. Y cuando hablamos de materiales de alta gama, dos nombres dominan la conversación: Dyneema y Kevlar.
Pero… ¿cuál es mejor? ¿Por qué algunos pilotos prefieren uno sobre el otro? ¿Y qué deberías tener en cuenta tú antes de despegar?
Dyneema: el hilo más fuerte del mundo… que flota
Dyneema, también conocido como Spectra, es un polietileno de ultra alto peso molecular (UHMWPE). Suena complicado, pero quédate con esto: es increíblemente ligero y extremadamente resistente. De hecho, a igual diámetro, puede ser hasta 15 veces más fuerte que el acero. Y además… ¡flota en el agua!
Ventajas del Dyneema:
Muy bajo peso
Alta resistencia a la fatiga por flexión (ideal para suspentes finos)
Poco alargamiento: transmite bien los movimientos del ala
Resistencia química y a la humedad
Pero no todo es perfecto. El Dyneema es sensible a la temperatura y tiene una mayor tendencia a “rizarse” o alargarse ligeramente con el tiempo (conocido como “creep”). Esto significa que los suspentes pueden desajustarse más fácilmente y requerir revisiones más frecuentes.
Kevlar: el veterano confiable
Kevlar, un tipo de aramida, lleva décadas usándose en aplicaciones de alta exigencia como chalecos antibalas y… sí, parapentes.
Ventajas del Kevlar:
Estabilidad dimensional excelente (se estira muy poco a lo largo del tiempo)
Resiste mejor el calor y la fricción
Ideal para suspentes principales y líneas de freno
Sin embargo, el Kevlar no es tan flexible como el Dyneema y es más vulnerable a la humedad y los rayos UV, lo que acelera su degradación si no se cuida adecuadamente o no va enfundado en poliester.
Entonces… ¿cuál elegir?
Los fabricantes eligen uno u otro (o una combinación de ambos) dependiendo del perfil del parapente. Las alas de alto rendimiento suelen optar por Dyneema en las líneas superiores por su bajo peso, y Kevlar en las líneas principales por su estabilidad.
¿Y tú como piloto? Lo importante es entender que el tipo de suspente influye en el comportamiento de tu vela, en su durabilidad y en su mantenimiento.
Consejo de oro: revisa el trimado de tu vela al menos una vez al año, especialmente si vuelas mucho. Un buen ajuste puede marcar la diferencia entre una sensación de control total… o una vela “perezosa”.
Al final, ya sea Dyneema o Kevlar, lo importante es volar seguro, informado y conectado con tu equipo. Porque cuando estás a 2.000 metros de altura, cada hilo cuenta.