En la costa vizcaína, abrazadas por los acantilados y el murmullo eterno del mar Cantábrico, se encuentran dos joyas que brillan con luz propia: Sopelana y Getxo. Estos destinos, ubicados a escasos kilómetros de Bilbao, ofrecen mucho más que simples playas: son un encuentro con la naturaleza en su estado más puro, un refugio para el alma y un festín para los sentidos.
Sopelana, conocida localmente como Sopela, es el paraíso soñado de los surfistas. Sus olas, constantes y generosas, han convertido a esta localidad en un referente del surf en el norte de España. Las playas de Barinatxe y Arrietara no solo conquistan por su arena dorada y su amplitud, sino también por su entorno salvaje, donde los acantilados verdes se alzan como centinelas del tiempo. Aquí, el espectáculo de la naturaleza se vive a cada paso: desde los parapentes que surcan el cielo hasta las puestas de sol que tiñen el horizonte de rojo y oro.
Pero Sopelana no es solo para aventureros. Quienes buscan calma y contacto con la naturaleza también encuentran su lugar en sus senderos costeros, ideales para caminar, respirar aire puro y dejarse llevar por el sonido del mar. La conexión con el entorno es inmediata y sincera.
A pocos minutos, Getxo se presenta con una elegancia serena. Con un marcado carácter señorial, esta localidad combina la tradición marinera con un patrimonio arquitectónico excepcional. Sus playas, como Arrigunaga, Ereaga o Las Arenas, ofrecen un contraste perfecto entre naturaleza y comodidad. Aquí, el paseo marítimo invita a recorrerlo con calma, admirando palacetes centenarios y el inconfundible Puente Colgante, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Getxo también es sinónimo de cultura, gastronomía y estilo de vida. Sus terrazas frente al mar, los pequeños comercios locales y la exquisita oferta culinaria —donde los pintxos son protagonistas indiscutibles— convierten cualquier visita en una experiencia inolvidable. Además, su excelente conexión con Bilbao lo convierte en el destino ideal para quienes buscan combinar lo urbano con lo natural.
Sopelana y Getxo no son solo playas: son lugares donde el mar dialoga con el paisaje, donde cada ola cuenta una historia y donde cada visitante encuentra su propio rincón especial. Si buscas un destino con alma, con fuerza, y con belleza auténtica, aquí tienes dos nombres que guardarás en la memoria: Sopelana y Getxo. El norte, como nunca lo habías sentido.